viernes, 19 de junio de 2009

Soy Feliz!


Las personas por lo general creen que la felicidad está en alcanzar algunas metas. Por ejemplo:
Cuando me case voy a ser feliz…
Cuando me compré la casa voy a ser feliz…
Cuando encuentre trabajo voy a ser feliz….
Cuando tenga mucho dinero y viaje voy a ser feliz…..


Hace algún tiempo atrás yo también era una de estas personas. Dije “cuando viva sola voy a ser feliz, cuando tenga novio voy a ser feliz, cuando viaje por el mundo voy a ser feliz, cuando viva en NY voy a ser feliz"….. Para sorpresa mía y despues de haber vivido todas estas cosas, no siento nada distinto en mi vida que me me haga decir, ¡AHORA SOY VERDADERAMENTE FELIZ!.

Dicen que la felicidad sólo está hecha de pequeños momentos cuando todo parece estar bien. Cuando disfrutas plenamente de todo. Pero algo pasa, una noticia llega a interrumpir tú felicidad. Te despidieron del trabajo, tú novio se fue con otra, falleció tú madre.


Pensé que la felicidad no podía ser tan efímera. Me resistí a ese discurso. Luego de pensarlo muchas veces, me di cuenta de que la felicidad existe, que se mantiene y si uno quiere puede ser para siempre. La felicidad es un estado en donde uno decide ser feliz. No se compone de momentos. Claro que se van a presentar problemas, pues son parte de la vida, pero la felicidad va por dentro y tiene que ver con lo agradecidos que somos de la vida. La vida nos entrega cosas hermosas y la oportunidad de ser mejores personas y crecer. Para mí las cosas malas ya no existen, pues siempre me hay ayudado a ser mejor.


Ahora soy plenamente feliz. No digo que mi vida sea perfecta. Mis padres están pasando por un mal momento. De vez en cuando me discuto con mi novio. No estoy segura de tener vocación para la carrera que estudié y no me aceptaron en ninguna revista para escribir notas. Pero soy feliz. Cuando siento que el sol toca mi piel me siento viva y sé que habrán más oportunidades para crecer. Aunque muchas veces las cosas no resultan como espero, decidí ser feliz. Ver las cosas buenas de la vida, no enfrascarme en problemas, que si bien están y duelen, van a pasar y seré mejor que antes.


Comprendí que esos momentos de paz en donde parece que todo está bien, a los que las personas llaman "felicidad", son regalos. Pequeños momentos que te hacen alcanzar el cielo y que te dan fuerzas para seguir luchando. Pequeños alientos en el camino que llenan de frescura. Pero la felicidad es algo más profundo. La felicidad puede ser para siempre si uno quiere.

Desde ahora nadie ni nada me va a quitar la felicidad, porque ahora me la apropié. La felicidad es mía y la acompañan el amor de toda mi gente. Como una mochila gigante que no se hace pesada, donde está el amor de mis padres, mi novio, mi hermano, mi sobrino, mis amigos, mis tíos, y eso ya es un gran motivo para ser muy feliz. Y lo que tenga que venir, bienvenido sea.

martes, 2 de junio de 2009

Karen y Ana S\A


Karen se veía hermosa, simplemente radiante. La tarde anterior había tenido a su primogénita Ana.  su pelo negro brillaba y sus ojos derramaban una bondad que cubría toda la habitación. Hace algunos meses cuando nos conocimos en Paris, me contó que hacía tiempo que estaba buscando quedar embarazada, -después de los cuarenta años no es una cosa sencilla-, me dijo. Pero ahí estaba, cargando a su milagro de cinco meses, paseando por cada rincón del museo D’Orsay.


La idea de ser madre nunca la he sentido muy cercana, pero después de hoy, sé que lo quiero. No he visto muchas madres recién paridas, pero Karen me sorprendió, había algo en ella que hacía que en el ambiente se respirara paz y se pudiera tocar con la punta de los dedos. El mundo se había detenido en ellas dos, Karen y Ana eran una misma cosa, ambas de pelo negro y cutis perfecto, una la extensión de la otra.


Karen tomó a Ana entre sus brazos tiernamente y acaricio su mejilla. Ana emitía sonidos propios de una mujer de carácter. Sus cuarenta centímetros de prematura no eran un impedimento para hacerse notar, si le molestaba la luz o el ruido, lo hacía saber en su lenguaje bebuno y fruncía el seño.


Ana es perfecta, pequeñamente perfecta. Tiene unos rasgos finos, definidos, dignos de una reina de belleza en miniatura en categoría gramos. Usa unos aros de mini perlas y se sabe el centro de atención. Pienso como será cuando sea grande. Me la imagino guapa e inteligente, con personalidad, arrasando por la vida. Con sus pocos centímetros tiene cara de ganadora, creo que lo será. -Ana tiene nombre de Reina- mencionó alguien. No sé porqué pensé que las reinas no necesitan padre. Había tanto amor en esa sala, que tres serían multitud.