lunes, 7 de junio de 2010

¿Cambiar para ser amados?


Cuantas veces nos vemos enfrentado a exigencias de nuestras parejas para que cambiemos alguna cosa que no está bien o que no es de su agrado. Si hacemos un mea culpa, creo que todos tenemos muchas cosas que cambiar. Nadie es perfecto.

Pero la pregunta es ¿hasta dónde cambiar?, ¿Dónde está el equilibrio? Hay cosas que si las cambiamos, sabemos que vamos a ser mejores personas, incluso nos sentiremos mejor con nosotros mismos. Pero hay otras cosas, que simplemente son parte de nuestra esencia y que si las cambiamos, ya no seremos nosotros mismos. ¿Qué cosas se deben cambiar y cuáles no?

Cuando las personas deciden cambiar por voluntad y convencimiento propio de que el cambio será positivo para su vida, este cambio le ayudará a avanzar y a sentirse mejor consigo misma. Por el contrario, cuando el cambio incluye dejar de ser la persona que es, estos cambios sólo producen amargura y frustración. Por ejemplo: el hombre que le dice a su pareja “¿por qué usas ese vestido tan ajustado?, ¿por qué te ríes tan fuerte?, ¿por qué hablas con todo el mundo?, ¿por qué quieres estar todo el tiempo bailando?”. Hay cosas que son parte de nuestra personalidad y si las reprimimos, nos volveremos personas tristes y sin luz.

En cambio, si nos dicen “me encantaría que te esforzaras un poco más para que logres tus sueños”, o, “si bajas un par de kilitos te verías mucho más hermosa de lo que eres”. Comentarios en que tú también concuerdas que ciertos cambios le harían mejor a tú vida, pues adelante. Ambos se sentirán felices y cómplices de un cambio que será beneficioso para la persona y para la pareja. Pero cuidado con dejar de ser quién eres por tratar de agradar al otro. Pues si en un comienzo tú pareja se enamoró de ti tal como eras, ¿por qué querer amoldarte a lo que él quiere ahora?

Antes que todo, nos tienen que amar como somos. No estamos hechas para complacer las expectativas de nuestras parejas, estamos para complacernos a nostras mismas. Y si somos felices tal como somos, podremos entregar felicidad. Tampoco podemos pretender que nuestras parejas van a cubrir todas nuestras necesidades. También son personas, tienen defectos y cometen errores. El amor no debe ponerse por medio como una condición. “O cambias o te dejo de amar”, o “si cambias te amaré mucho más”. Amor es aceptarse como uno es, sin establecer condiciones, y en lo imperfecto de nuestros seres, formar un perfecto amor.