¿Quién no ha tenido un amigo o amiga con ventaja?, ¡por supuesto que yo no!, pero hablaré de lo que me han contado por ahí.
Definamos primero qué es un “amigo con ventaja”. Es el chico o la chica con el que te juntas un par de veces al mes, (a veces más, a veces menos), y tienes encuentros romántico-sexuales de algún grado, ya sea primero, segundo o tercero. Por lo general más del tercer tipo, pero también depende de la edad. Este amigo permite que disfrutes del sexo pero que no tengas la obligación de llamarlo al otro día. Si se le muere la mamá, lo más probable es que lo llames para decirle que lo sientes, pero no irás al funeral. El amigo con ventaja sólo lo conocen en tú casa de a oídas, si es que lo conocen, y tus amigos saben de su existencia pero tampoco lo integras a los happy hours. A no ser que por esas casualidades de la vida, lo hayas tenido que presentar porque te lo encontraste en una fiesta. Por lo general, no se sale a lugares públicos con los A.C.V., menos lugares donde sabes que te puedes encontrar con alguien. Los encuentros son entre las cuatro paredes de tú casa o en un motel. No te tienes que arreglar mucho para ver al A.C.V., basta con una ducha y alguna ropa decente, el maquillaje te lo puedes ahorrar para una cita de verdad. También ahorras en comida y no te esfuerzas por cocinar un nuevo plato para sorprenderlo, lo que le des le gusta y tampoco te importa mucho si quiere comer, muchas veces basta con un vaso de soda y algún picoteo.
Los amigos con ventaja pueden ser bastante útiles en algún momento. Digo útil porque la relación que existe es una mutua utilización, pero con respeto y a veces hasta con cariño, donde ambas personas se ponen de acuerdo y lo pasan bien un rato.
No voy a cuestionar si es bueno o malo tener un amigo con ventaja, eso a juzgar cada uno. Más de alguna vez, (y sobre todo para las mujeres que somos más sensibles) este amigo con ventaja, (que muchas veces es un ex y que sabes que una relación es imposible pero se llevan bien la cama) empieza a confundir tus sentimientos y ya estas esperando el próximo encuentro, haciéndote la A.C.V. buena onda pero lo empiezas a extrañar. Comienzas a reflexionar sobre lo tan buena persona que es, tan tierno. Cuando lo ves, empiezas a preguntar más de la cuenta y comienzas a sufrir porque esperas más de lo que te pueden dar. Cuento repetido.
El problema no es tener un amigo o amiga con ventaja, el problema es por qué se tiene que recurrir a este tipo de prácticas, ¿por la incapacidad de mantener una relación?, ¿mala suerte?, ¿demasiados requerimientos que tiene que cumplir una pareja real?, ¿Por qué temes al amor y no te quieres enamorar?, ¿Por qué eres tan egoísta que no quieres compartir tu dinero?, ¿todas las anteriores?, o porque simplemente la persona adecuada no llega. Sea cual sea el motivo, no creo que sólo sea por diversión que se recurre a los A.C.V. sino porque necesitamos sentirnos amados de alguna manera y que nos apapachen de vez en cuando. Es por eso que ahora cuando mis amigas me cuentan de sus A.C.V. ya no me causa tanta gracia, pienso en la soledad que deben sentir.
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