martes, 9 de junio de 2015

Quizás ahora me escribas



Quizás ahora me escribas
Cuando veas mis libros, mi ropa, mis botas
Cuando ya no veas mis montañitas de ropa
Cuando encuentres mis últimos cabellos en el baño
Y las aceitunas que no comí
Quizás, entonces me escribas.

Cuando despiertes sólo
Cuando no me veas merodeándote
Y no te robe besos en tú escritorio
Cuando nadie interrumpa tú trabajo
Cuando  la cocina no huela a comida.
Quizás ahí me escribas.

Cuando te inunde el silencio perpetuo
Ese silencio de negros
De trenes, de mercados, de vivienda social
Ese silencio que me acompañaba
Y ahora es tuyo
Quizás  ahí sí que me escribas.

Cuando no te de el beso de buenas noches
Ni me aferre a tú espalda desnuda
Cuando no reclame  tú tiempo
Cuando sea otoño en Central Park
Y mi mano no tome la tuya
Quizás, en una de esas, me escribas.

Cuando te tiendas en el sillón
Y no te incomoden mis huesos
 Cuando no tengas a quién regañar
 Cuando nadie salga tarde a clases
Cuando ya nadie te pida que le escribas
Quizás entonces, y tan sólo entonces

Me extrañes.

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