martes, 25 de agosto de 2015

Pedos



Pedos
Así se llama uno de los problemas que aquejan mi embarazo. Soy una bomba de tiempo a punto de explotar en cada segundo. La progesterona que genero más la que me da el médico, producen tránsito lento, estreñimiento e hinchazón.

Mi marido es un valiente. Ni yo me soporto. Unos pedos fétido, pasosos y la mayoría de las veces, silenciosos (los peores). De esos que no se pueden esconder bajo el cubrecamas. Estos trascienden y llenan todo el espacio respirable. Menos mal que parte de los votos matrimoniales son estar en las buenas y en las malas.

Ayer salí en metro contaminé  a todos a mi alrededor. Juro que me aguanto lo más posible y ando apretadita, pero esto es superior a mí, va contra mi voluntad. Mis pedos tienen vida propia y quieren salir a descubrir el mundo. Inundar cada rincón.

Miro la cara de la gente a mi alrededor y puedo leer el desagrado en sus caras. Yo también pongo caras para generar complicidad y que así no me vean como la culpable. No sé si me resulta pero por lo menos lo intento.

La pedorra

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